lunes, 21 de octubre de 2013

Defectos refractivos en la infancia

Los defectos refractivos como la miopía, hipermetropía o astigmatismo pueden presentarse desde muy temprana edad y es necesario un diagnóstico y tratamiento a tiempo para evitar problemas más avanzados que pueden afectar seriamente la visión de los niños.

Cuando estas enfermedades oculares no se tratan de forma adecuada,  el cerebro escoge la visión del ojo con menor defecto refractivo y anula o deja de utilizar el otro; de ahí la importancia de visitar al oftalmólogo periódicamente en la infancia.

Los padres, maestros y encargados del cuidado de los niños deben estar atentos a señales que pueden indicar que el pequeño sufre de miopía, hipermetropía o astigmatismo como: ojos llorosos, dolores de cabeza, esfuerzo para ver de lejos y, en ocasiones, problemas en el colegio.

Cuando en un niño se ha detectado algún defecto refractivo, lo mejor es tratarlo con lentes o, si el caso es avanzado y necesario, con una cirugía ocular.

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